La Cuaresma es un tiempo oportuno para dejarnos servir
por Cristo y así llegar a ser como Él. Esto sucede cuando escuchamos la Palabra
de Dios y cuando recibimos los sacramentos, en particular, la Eucaristía. En
ella, nos convertimos en lo que recibimos: el cuerpo de Cristo
La Cuaresma es un
tiempo propicio para mostrar el interés por el otro, con un signo concreto,
aunque sea pequeño, de nuestra participación en la misma humanidad. (Seguir leyendo)
(Mari P.)
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