2. Dar buen
consejo al que lo necesita.
Para dar
buen consejo es necesario que nosotros mismos hayamos sido aconsejados por un
director espiritual, que nos ayude a orar a Dios Padre, para que nos envíe su
Santo Espíritu y nos regale el don de consejo. Así, bajo la guía del Señor,
tanto nuestras palabras como nuestro actuar, serán un constante aconsejar a los
que lo necesitan. (leer más)
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