3. Corregir al que yerra. Muchas veces
nos enojamos o reímos cuando vemos a alguien equivocarse, olvidando que no somos perfectos e inevitablemente nos equivocaremos también. Pensemos,
¿nos gustaría que se rieran de nosotros?, definitivamente NO, así que, cuando
alguien se equivoque le corregiremos con amor fraternal para que no lo vuelva a
hacer. (leer más)
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