Inmaculada de Murillo |
PARA PENSAR
En esta semana de
Adviento nos reúne la festividad de la Inmaculada Concepción de la Santísima
Virgen María. Junto con la presencia del Señor, sentimos la de nuestra Madre
del cielo, la mujer purísima y libre de todo pecado, que acogió en su seno al
Redentor cuya venida en la carne recordamos y cuya manifestación en la gloria
esperamos con alegría. Junto con María decimos hoy: Hágase en mí según tupalabra.
María al ser engendrada ningún mérito podía hacer para
merecer este regalo, se inaugura la presencia activa de la misericordia de Dios
en el mundo que llegará a plenitud con la entrega de Cristo en la cruz
redimiendo y llenando de misericordia a la humanidad. María es un regalo de la
misericordia de Dios. Ella no fue elegida por su pureza, por su humildad, por
su belleza o por su inteligencia, sino que fue el mismo Dios quien amó
inmensamente a la humanidad en ella y quiso mostrarnos cuánto le importamos y
hasta donde estaba dispuesto a llegar en su proyecto de salvar a la humanidad.
María representa a la humanidad entera que es capaz de recibir la misericordia
de Dios si se abre a la acción de Dios (
Cuaderno de Adviento , Vicaría de Evangelización)
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