PARA PENSAR
Durante estas cinco semanas de cuaresma nos hemos ido preparando para acoger el amor de Cristo. Como buenos cristianos, seamos amor.
Amor a Dios por medio de la oración.
Amor a los otros por medio de la limosna, no solamente monetaria sino regalando escucha, ayuda y paciencia hacia el prójimo.
Amor a nosotros mismos por medio de la abstinencia y el ayuno, el sacrificio de las cosas que nos esclavizan. Renunciando a ellas conformamos el alma.
Preparémonos a vivir la Pasión acercándonos al sacramento de la reconciliación. Cuando pecamos, rompemos con Dios, con los demás y con nosotros mismos.
"Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa" (Salmo 51)
-Mari Pe-
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