"Estad en vela, pues, orando en todo tiempo para que tengáis fuerza y escapéis a todo lo que está para venir, y podáis estar en pie delante del hijo del hombre". (Lc. 21, 36)
El tiempo de adviento que hoy de nuevo comenzamos nos restituye el horizonte de la esperanza, una esperanza que no desilusiona porque está fundada sobre la palabra de Dios.
Salmo de la misa, el 121 "Que alegría cuando me dijeron: vamos a la casa del Señor". En este tiempo se lee el evangelio de Mateo.
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