Tras los solemnes días vividos cargados de intensidad
litúrgica me sobrecogió y alegró el silencio y solemnidad de nuestra Parroquia
en el día de Jueves Santo; sinceramente, lo echaba de menos.
Llevo yo una temporada un poco mística y echo
de menos un recogimiento en las celebraciones. No por parte de los pastores
sino de las ovejas.
Muchas
veces y yo la primera, entramos al templo como elefantes en cacharrería. Es como
si no nos diéramos cuenta de que estamos en lugar sagrado.
Pienso
que el concepto de Iglesia somos todos e iglesia es la casa de Jesús nuestro
amigo, nos ha sobrepasado y se ha convertido en punto de encuentro con mis
amistades. No es malo que haya lazos de comunidad parroquial pero dentro del templo, debíamos pensar que estamos en presencia de Dios y que el Señor debe un
respeto. Así al entrar al templo:
1º
Saludar al Señor en el Sagrario.
2º
Orar y dejar orar a otros.
3º”
El colegueo” y saludos a mis amigos, vecinos y demás… al
finalizar la Misa.
4º
Comentarios vanos sobre ornamentos, lectores, monaguillos etc. no son
necesarios.
5º
A la hora de comulgar hay para todos, no hace falta hacer pequeñitas carreras o
empujar.
6º
La sacristía también es un lugar sagrado aunque se nos olvida
7º
Saldremos alegres y reconfortados pero con respeto, todavía estamos en el
Templo.
OS
RECOMIENDO EL ARTÍCULO DEL ALELUYA 76 RUIDOS DE FONDO
de Ismael Ortiz.
Ah, si no os hablo en Misa es porque yo misma
quiero cumplir lo anterior y encontrarme
con Dios en su casa.
PERDÓN
POR LAS MOLESTIAS MARI PETRA
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